Carta del TAROT II: La Papisa
- Lucía Masdeu
- 1 feb 2018
- 2 Min. de lectura
Caminado con el loco, seguimos nuestro camino, sin mirar atrás, dejando atrás las dudas, soltando nuestras inseguridades.
Caminamos confiando en nuestros pasos, en el universo, en la gente que vamos a encontrar en el camino, y en nuestra sabiduría interna.
Sabemos como magos que somos que creamos nuestra realidad con nuestro pensamiento,
Así pues nos decidimos a pensar en lo bueno y lo bello, en la belleza de todo el universo, confiando en que todos nuestros pasos son guiados por nuestra alma, y que vamos a poder cumplir la parte que nos corresponde en el plan que los “Maestros” conocen y sirven.
Y aunque tenemos el conocimiento, y la sabiduría, algo todavía sigue velado para nosotros, y necesitamos desvelar, por eso seguimos el camino con la Papisa.
Ella nos muestra que es importante seguir aprendiendo, estudiando y leyendo textos sagrados o de “grandes maestros”.
En estos momentos estamos viviendo un tiempo de un gran despertar. Tenemos la gran oportunidad de leer libros con información que antes había sido censurada y prohibida.
Es el momento de recordar quienes somos y recuperar nuestro poder.
No hay que cambiar nada afuera. La tarea es con uno mismo.
La Papisa nos señala con el libro que sostiene que hay verdades que podemos rescatar de algunos libros. Eso no quiere decir que todos sean buenos, hay que saber seleccionar. También nos indica que es bueno escribir, nuestros pensamientos y sentimientos, llevar un diario, pues hacerlo nos ayuda a liberar emociones que de no expresarlas pueden causarnos tristeza e incluso dolor. Al cabo de unos años podremos ver el cambio que se ha producido en nuestro interior.
Tanto leer como escribir son buenas herramientas para el despertar. Podemos encontrar buena literatura de grandes maestros, personas que han habitado en la tierra años atrás, posiblemente incluso siglos, de aquellos que son buenos ejemplos del equilibrio que podemos alcanzar si les prestamos atención.
También naturalmente podemos encontrar “maestros” que están ahora entre nosotros en estos momentos.
Cada uno de nosotros encontrará aquel maestro con quien nuestro corazón resuena.
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